Grupo Aurora
Un águila guerrera
Los pensadores anti-K que se oponen a Carta Abierta, Comparan a Kirchner con Rosas y reivindican a Sarmiento. Denuncian el alineamiento con Chávez y Evo. Para ellos, el clima es similar a 1955, antes de la caída de Perón. ¿Regresa la intelectualidad gorila? Cómo piensa el grupo Aurora.
Por Diego Rojas
"¿Estás nervioso, Verbitsky?”, pregunta uno de los miembros del grupo Aurora a la hora de posar para las fotos, mientras ríe. El columnista de Página 12 y uno de los principales impulsores de Carta Abierta publicó una nota donde señala los antecedentes políticos de varios de los integrantes del núcleo de intelectuales críticos del kirchnerismo, muchos de los cuales fueron funcionarios de la dictadura (ver aparte). “No le vamos a responder”, asegura, mientras uno de sus compañeros le pide al fotógrafo: “Que la foto no nos haga quedar tan de derecha”. El historiador Félix Luna, el abogado Fernando Blanco Muiño y el constitucionalista Diego Barovero se dieron cita en el hogar de Horacio Sanguinetti, ex rector del Colegio Nacional Buenos Aires y conversaron con Veintitrés acerca del nuevo grupo.
–¿Cómo surge la idea de conformar Aurora?
Diego Barovero: –Empezamos a nuclear gente con ganas y pensamientos comunes, preocupados por la situación del país y las instituciones y por la falta de debate de ideas. No participamos del debate electoral, con la idea de plantearlo de cara al bicentenario.
–¿Cómo se dio el pasaje de un grupo de personas unidas por ciertas afinidades a la escritura de un Manifiesto Liminar?
Horacio Sanguinetti: –Tenemos una responsabilidad que no puede limitarse a que charlemos en una mesa de café. Nos pareció que había que hacer algo más, ponernos a disposición de la sociedad. No estamos contra Carta Abierta, lo único que queremos es avanzar y ver cómo solucionamos los grandes problemas del país que están enumerados en el manifiesto. Hay que ver cómo se lleva a cabo el diálogo planteado por la Presidenta, pero nos parece que limitarlo a una reforma electoral para el 2011 excluye otros grandes temas. Pienso en los intelectuales que, advirtiendo que Rosas en algún momento iba a pasar, se preguntaron qué harían después. Kirchner no es Rosas ni nosotros somos Sarmiento, pero nos inspira un poco ese modelo.
–Esta analogía con Rosas, ¿augura el fin de Kirchner y compara sus destinos?
Fernando Blanco Muiño: –No lo personificaría como el fin de Kirchner, sino como un tiempo en el que la Argentina no puede seguir manejándose con la falta de diálogo, de respeto a la Constitución y a las autonomías provinciales. Hace trece años que no hay ley de coparticipación federal. Hay que sentarse a una mesa y discutir con buena fe el futuro del país.
H.S.: –El parangón con Rosas es porque hay una bisagra ya que los comicios mostraron disconformidad con el fondo y la forma de cómo se ha manejado el país en los últimos años.
–Los nombres de los firmantes remiten rápidamente al radicalismo. ¿Son de la UCR?
D.B.: –Nos hemos juntado más allá de que algunos pertenezcan al radicalismo y otros no.
H.S.: –Siempre me sentí más cerca del socialismo democrático. No estamos al servicio de ningún partido político.
–¿No ansían escribirle el discurso de Parque Norte a Julio Cobos?
H.S.: –(Risas) No surgió para eso.
Félix Luna: –Habría que poner que somos republicanos para no romperse la cabeza en cómo definirnos.
F.B.M.: –El discurso de Parque Norte fue escrito por funcionarios de Alfonsín. Igual, nosotros reivindicamos ese debate de ideas. Fue el último aporte de ideas al debate político en la Argentina. Tuvo incidencia dentro del radicalismo y del resto de la sociedad.
–Carta Abierta intentó realizar cierta elaboración de ideas para presentar a la sociedad y darle sustento ideológico al Gobierno...
D.B.: –Desde el Gobierno. Los integrantes de Carta Abierta están vinculados a la función pública, a la gestión en el área de cultura, de comunicaciones, en el canal oficial...
–Se refiere a Horacio González. Pero entonces debería pensarse que Borges fue funcionario de los varios gobiernos en los que fue director de la Biblioteca Nacional durante 1955 y 1973...
H.S.: –Borges es diferente. De pronto hacía una declaración a favor de un gobierno y luego lo fulminaba con algo en contra... No era funcionario, era Borges, un caso especial. González es un funcionario, pero no está mal que participe en el debate de ideas.
–Daniel Sabsay, integrante de su grupo, dijo que C. A. está integrada por funcionarios pagos.
H.S.: –Lo hacen como un apoyo porque les surge hacerlo, no porque les pague el Gobierno.
D.B.: –Igual, muchos de sus integrantes están ahí, es indiscutible.
–Más allá de la consideración que hacen sobre la cercanía al Gobierno, ¿qué piensan de ese grupo?
F.B.M.: –Que exista gente que esté dispuesta a poner por escrito lo que piensa es valorable. Carta Abierta lo ha hecho y es respetable. No queremos generar rivalidad.
H.S.: –Recién escuchaba a Ricardo Forster que hablaba con mucho respeto de nosotros, como yo después hablé de ellos con el mismo tono.
–Sin embargo, Forster describe a Aurora como una expresión de la restauración conservadora.
H.S.: –Creyéndose progresistas quieren acaparar el pensamiento de centroizquierda y cuando aparece algo parecido a ellos lo señalan como de derecha. Pero son categorías injustas en los dos casos. Nosotros no somos de derecha y, en todo caso, del otro lado no son tan progresistas. Hay que defender la república, el pensamiento único no va.
–Pero cuando se plantea el debate de ideas implica una confrontación, una batalla de ideas.
F.B.M.: –No, se trata de saber escuchar y tener la predisposición a corregir si el otro tiene argumentos más contundentes. Se puede lograr una idea que contenga a todos.
–Por eso, no se puede estar en contra de la “república”, la “democracia”, el “federalismo”... Usan muchas de esas grandes palabras con las que no se puede no acordar.
H.S.: –En lo declamativo funciona así.
D.B.: –Es que hay una falta de institucionalidad exacerbada. Ese es el diagnóstico de la Argentina hoy. Por eso pedimos como primer requisito el restablecimiento de la normalidad y el restablecimiento de la república democrática. El segundo punto, para los que dicen que somos de derecha, es la lucha contra la pobreza.
–Durante el gobierno de Perón se planteó la misma crítica: falta de institucionalidad, hiperpresidencialismo, la república en peligro, mientras tanto se realizaba una real distribución de la riqueza.
H.S.: –Durante Perón, hubo muy pocos elementos republicanos. La represión que había sobre la oposición era feroz. Se torturaba, se perseguía, se dejaba cesante. Cafiero dijo que la Constitución del ’49 fue ilegítima porque se impuso por sobre la mitad del país, se impuso violentamente. En todo caso, el peronismo fue una democracia social, pero por lo republicano no hizo más que desastres. Félix Luna mismo le dijo a Perón que en su época lo habían torturado. “Qué cosas que hacía Borlenghi”, le contestó. (Risas. Luna asiente.)
–¿Aurora es el antiperonismo?
H.S.: –No es antinada.
–¿No es antikirchnerista?
–No, porque si Kirchner se diera cuenta de sus errores... El resultado de las elecciones lo debe haber hecho reflexionar.
–Sin caer en comparaciones, hay que mencionar que en Honduras se derrocó a Zelaya planteando temas similares: falta de institucionalidad, de república...
D.B.: –No depusimos a nadie ni pretendemos hacerlo, ni seremos usina de pensamiento de golpistas.
H.S.: –No llamaremos al ejército para que la saque en baby doll (risas), no, no, para que la saque como el ejército sacó a Zelaya.
–¿Qué piensan de Hugo Chávez?(Después de un largo silencio.)
F.B.M.: –Es un gobierno constitucional, de ahí en adelante, yo nunca estuve en Venezuela, lo que sé lo sé por terceros...
–Vamos, se puede opinar sobre Venezuela.
H.S.: –Pareciera que hay restricciones a la libertad de expresión, condicionamientos a los canales de televisión...
–Ustedes plantean en su documento una preocupación por las relaciones exteriores.
H.S.: –Tenemos que fortalecer las relaciones con los países vecinos con estadistas y principios democrático republicanos funcionando claramente, como Uruguay, Brasil y Chile. Que forman una línea diferente a la de Chávez y nos gusta más.
F.B.M.: –El gobierno de Menem, por derecha, y el gobierno de Kirchner y Cristina, por izquierda, han ideologizado las relaciones diplomáticas. Por un lado las relaciones carnales de Di Tella, y por el otro, la relación con Chávez. En el mundo de hoy, las relaciones se manejan por intereses económicos. Uno de los mayores compradores de petróleo venezolano es Estados Unidos. La Argentina ha ideologizado tanto que nos ha llevado a pelearnos con todos. Chávez es más un problema de los venezolanos que de nosotros. Sí cuestionamos una política de relaciones exteriores asentada en prejuicios ideológicos más que en intereses estratégicos. El Mercosur perdió relevancia en los últimos años. Nos parece más progresista poner el eje en la relaciones con el Mercosur y la Unión Europea que con Venezuela y con Bolivia.
–El manifiesto pone énfasis en la ética, la anticorrupción y la austeridad. ¿No se parece al discurso de la Alianza?
F.L.: –La ética y la austeridad son resabios del yrigoyenismo que no hay que perder.
H.S.: –Reivindicamos ese aspecto en figuras como Alfredo Palacios, Marcelo T. de Alvear, Lisandro de la Torre... Gente que se empobreció, algo contrario a todo lo que sucede hoy. Cómo el colectivero no se va a quedar con el vuelto cuando ve que los de arriba se quedan con vueltos mucho más grandes.
–¿Y qué piensan del gobierno de De la Rúa?
F.L.: –Tampoco es necesario que tengamos posición tomada sobre cada uno de los personajes o hechos de la historia. Hay cosas que no nos interesan en estos momentos.
H.S.: –Todo gobierno comete errores y realiza aciertos. De la Rúa no escapó a esa línea. Cometió muchos errores, pero la demonización ha sido muy fuerte.
D.B.: –Lo que dice don Félix es importante. El grupo tiene una posición tomada hacia el futuro. Desde distintas corrientes, no vamos a coincidir en todo respecto del pasado.
–Sin embargo, el futuro sólo se puede construir con una mirada sobre el pasado. El pasado nos permite pensar mejor el futuro. El fracaso del gobierno de De la Rúa, en ese sentido, planteó la emergencia del gobierno de Kirchner.
H.S.: –No sólo el gobierno de De la Rúa, sino el de Menem. Fue una responsabilidad colectiva de los distintos gobernantes.
–Ustedes señalan una preocupación por la ciencia, y la educación y dicen: “Como lo supimos hacer en otros momentos de nuestra historia”. ¿A qué se refieren?
H.S.: –A Sarmiento, qué le parece.
F.B.M.: –Trajo maestras norteamericanas y le dio un impulso enorme a la educación. También el desarrollo de YPF. Dicen que la calidad de los países se va midiendo por los Premios Nobel. En esa época nuestro país tuvo una gran cantidad.
–En su momento, C. A. planteó la figura del clima destituyente. Cobos surgió como figura. ¿Qué piensan sobre esos hechos?
H.S.: –Siempre los vicepresidentes estuvieron a la expectativa de que el presidente muriera.–Bueno, ustedes tienen como firmante a Víctor Martínez (vice de Alfonsín)...
H.S.: –Bueno, hubo casos de solidaridad. El presidente y el vice nunca han constituido fórmulas fuertes.
F.B.M.: –De todos modos, Cobos actuó en uso de funciones que el cargo le confiere. Agotó los intentos de un acuerdo. Instaló la idea de que la discusión pase por el Congreso.
–¿No hubo clima destituyente? Incluso Grondona y Biolcati plantearon que la Presidenta no concluía su mandato.
H.S.: –El peronismo se ha caracterizado por no dar gobernabilidad a nadie. Nunca dejó gobernar a nadie. Y menos a los radicales. La inversa siempre ha estado. La idea es que tiene que darse gobernabilidad por los dos años que quedan.
F.B.M.: –Tampoco fue el clima que se vivió el año pasado. Es cierto que algunos personajes con posiciones extremas siempre aparecen, pero no era el clima social general. Lo que sí había era un mal humor social generalizado.
–Varios de los integrantes de Aurora están en el grupo Bicentenario.
H.S.: –Bicentenario es un grupo de gente donde hay muchos peronistas.
–¿Aurora es más gorila?
D.B.: –No, pero no hubo consenso sobre a quién invitar.
H.S.: –Además, es un grupo abierto.
–Realizaron una analogía entre Rosas y Kirchner y reivindicaron el papel de Sarmiento. ¿Estamos ante una reedición de la dicotomía “civilización o barbarie”?
F.L.: –En primer lugar, le llamo la atención sobre el abuso de las comparaciones históricas. Nunca son exactas. Si quiere una situación parecida, yo más bien elegiría el final del peronismo, en el ’55. José Luis Romero un año antes armó un equipo de recambio en la universidad, para el caso nada improbable de que cayera Perón. Me hace acordar un poco a eso. La gente percibe que algo está pasando y que puede pasar algo mucho más importante.
Producción: Deborah Maniowicz
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