sábado, 2 de julio de 2011

Marcos Aguinis: "la UCR es un partido popular, no populista"



Marcos Aguinis, fundador del Grupo Aurora, fue el principal orador del acto por los 120 años de la UCR realizado en el Congreso Nacional. A continuación, una síntesis de su ponencia:

Es un acontecimiento institucional la celebración de los 120 años de vida de la UCR. Esta cifra la instala entre los partidos políticos más arraigados del mundo.

Pero además, se trata de un partido popular y nunca populista. La diferencia debe ser marcada en estos tiempos que cobijan a la garrapata populista, que se nutre de la generosidad que brinda el sistema democrático.

En efecto, la UCR se esmeró en mantener los valores que le dieron origen: fue siempre defensora de la Constitución y de las instituciones republicanas. Sus líderes lucieron honestidad y probidad; jamás en sus presidencias hubo escándalos de corrupción. Tuvo aguda sensibilidad social, pero evitó la demagogia y sus monstruosas consecuencias. Miró hacia el futuro para construir políticas de Estado.

En cambio, el populismo es cortoplacista. Su gestión apunta a las complacencias inmediatas, sin importarle el futuro. Miente sin pudor para mantener fascinada, ignorante y confundida a
la sociedad. No deja de cometer los delitos de corrupción y soborno. Intenta practicar la idolatría de sus líderes. Degrada las instituciones. Le importa el poder a cualquier precio.

La UCR, a lo largo de un accidentado recorrido, pudo mantenerse limpia de esas pústulas. Cometió y comete errores. En ese sentido, la acuso de no haber ejercitado con suficiente coraje
la autocrítica. Se debe aprender de la experiencia. Reconozco que ha practicado varios ajustes que llevaron a superar mezquindades de facción. Pero no son suficientes.

Viniendo a nuestros días, otra vez la UCR parece ser llamada a encabezar el restablecimiento de los valores republicanos y encaminar el país hacia
la modernidad. Para lograrlo, debe acentuar todos los aspectos que interesan a los argentinos. Uno de los que no se tienen suficientemente en cuenta es el de la cultura. Como dijo Antonio Gramsci, quien gana la batalla cultural, gana la batalla política. Esto lo entendió perfectamente Raúl Alfonsín.
En su batalla electoral, el apasionado respaldo que recibió de artistas, intelectuales y científicos, le ayudó de forma significativa a imponerse. Ahora la mayoría de ese segmento lúcido también repudia el populismo y el autoritarismo, y desea reimponer la saludable fuerza de las instituciones. Son los dirigentes de la UCR actual la que está en falta y debe poner más agilidad a sus cascos para ganar la carrera que puede imprimir un cambio copernicano a nuestro agobiado país.

Otra diferencia notable entre la UCR -que
es un partido popular, como dije- con el populismo, es que éste siempre busca dividir para reinar. Se apura en descubrir o inventar “enemigos”. Con esta técnica desvía la atención de sus saqueos y de su ineficiencia.
En cambio los líderes de la UCR buscaron y buscan la reconciliación, la transparencia, el acuerdo, la amistad. El populismo soborna, actúa en la oscuridad, extorsiona, amenaza y enriquece a una élite de indecentes. Además, convierte a sus seguidores en títeres desprovistos de dignidad. Exactamente lo contrario de un partido limpio como el radicalismo.

Ante la emergencia de salvar la república, de nuevo este partido de 120 años vuelve a ser la opción, como ocurrió frente al conservadurismo cerril o las dictaduras. Puede y debe ponerse a la cabeza de toda la ciudadanía patriótica, con sus reservas de coherencia y amor a la república, sin discriminaciones irrelevantes.




viernes, 21 de mayo de 2010

Bicentenario de Mayo . "Es la oportunidad de definir un proyecto común de Nación"

1810 – 25 de mayo - 2010

Declaración del Bicentenario de la Revolución de Mayo

“Es la oportunidad de definir un proyecto común de Nación”

Presentamos este documento con motivo del Bicentenario de la Revolución de Mayo de 1810. El Cabildo Abierto del 22 de Mayo fue sin dudas el centro del debate intelectual y político de la gesta maya. Lo reivindicamos como un ejemplo de discusión de ideas, posiciones e intereses que alumbró al nuevo gobierno patrio. En homenaje a esos próceres, sometemos estas consideraciones al pueblo argentino.
“La República está de festejo. Conmemoramos 200 años del comienzo de nuestro camino a convertirnos en una Nación.
La fecha convoca a la fiesta y también al balance y la reflexión. En ese marco debemos defender la idea que este Bicentenario es de todos los argentinos y que la coyuntura no pueda menguar la trascendencia de la epopeya.
Al mismo tiempo, este Bicentenario debe servir para valorarnos como República y para aportar al diseño de la Argentina que viene.
Si miramos hacia atrás, y tomamos como medida de análisis los elementos constitutivos de la Nación veremos que en 1810 no teníamos consolidado un territorio, dado que amplísimos sectores de nuestra geografía estaban disociados; la población era escasa y el poder era delegado por la Corona española, aún mediando la revolución, debido a que se siguió gobernando a nombre del Rey peninsular. Es decir, entonces, que nuestros patriotas sentaron las bases de la argentinidad sobre un trípode esquelético, convirtiendo a Mayo más en una apuesta al futuro que en una decisión para aquel presente.
Al cumplirse el Centenario de Mayo, y siguiendo con el mismo análisis, la Argentina estaba en camino hacia la consolidación definitiva de su territorio; la población, por influjo de la Constitución de 1853, crecía por el fomento de la inmigración, sin tener una identidad nacional definida, por supuesto; y el poder era autocráticamente ejercido por una clase dominante con pretensiones de perpetuación, aunque con señales claras de nuevos sectores sociales de su vocación por la participación política.
Es decir que en 1910 habíamos avanzado mucho en relación a los 100 años precedentes, pero con enormes deudas hacia la integración definitiva del cuerpo social de la República.
Este Bicentenario nos encuentra con nuestro territorio plenamente consolidado, sin problemas de límites con los países hermanos; con una población creciente en proceso de una definitiva identidad nacional y el poder celosamente resguardado en instituciones republicanas y representativas asentadas sobre el principio democrático que, desde 1983, hemos venido sosteniendo y que han dado muestras ciertas de su aptitud para canalizar las expectativas de todo un pueblo.
No queremos proponer al pueblo argentino el debate de la República sobre la base de hechos y personajes actuales. Pretendemos reflexionar acerca del futuro.
Es indudable que la República Argentina cuenta en la actualidad con las mejores condiciones para definir su perfil de Nación. Hemos superado las etapas fundantes, la organización nacional y nos debemos abocar ahora a delinear la Argentina para el Tricentenario.
Quizá sea allí donde debamos hacer un alto y mirar con grandeza al futuro. Nos hemos acostumbrado al cortoplacismo, al “aquí y ahora”, a la inmediatez, a la celeridad y la urgencia, a la falta de debate, a la imposición de ideas.
Ninguna de esas actitudes son constructivas para un pueblo que debe definir sus próximos 100 años de vida.
Hay que convocar a todos los sectores de la República a la mesa común del diálogo fraterno para poder avanzar en la definición y la planificación estratégica de nuestro país.
La convocatoria debe ser amplia, abierta y plural, en un marco de tolerancia y respeto a las opiniones de todos los que, con auténtica argentinidad en su corazón, quieran aportar a la construcción de una verdadera República democrática.
Estamos convencidos que ese es el desafío actual: superar la coyuntura y diseñar un plan estratégico nacional que defienda nuestras mejores tradiciones, que reivindique la democracia social para los tiempos, que garantice el respeto a las libertades individuales y los derechos humanos, que integre las expresiones de los pueblos originarios y que, en definitiva, ponga a todo el pueblo argentino bajo un proyecto común de Nación”.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 22 de Mayo de 2010.

Firmantes: Aguinis, Marcos; Aguilar, Andrés; Alice, Beatriz; Alterini, Atilio; Arancibia, Miguel; Baigorria, María Teresa; Baigorria, Nélida; Balestra, René; Barovero, Diego; Berman, Jorge; Berhongaray, Antonio; Blanco Muiño, Fernando; Calleja, Gustavo; Durán, Mauricio; Espeche Gil, Miguel Ángel; García Castrillón, José Luis; Grinspun, Gustavo; Guebel, Claudia; Hernández, Antonio María; Inchausti, Miguel Ángel; Klasse, Isay; Lacerca, Carlos; Lafferriere, Ricardo; Lentino, José María; Loñ, Félix; López Martucci, Pedro; Mahler, Israel; Malek, Adriana; Manili, Pablo; Martínez, Víctor Hipólito, Mayer, Jorge; Oliver, José María; Pandolfi, Rodolfo; Pósleman, Eduardo; Quevedo, Horacio; Rosa Donati, Sergio E.; Roulet, Elva; Sabsay, Daniel; Sanguinetti, Horacio; Sola, Juan Vicente; Solari Yrigoyen, Hipólito; Vale Cordeje, Darío Mateo; Vanossi, Jorge Reinaldo; Wajntraub, Javier; Weinschelbaum, Emilio; Weinschelbaum, Ernesto; Zbar, Agustín.

martes, 18 de agosto de 2009

LA NACIÓN : Un llamado a la unidad


El grupo Aurora de una nueva República, formado por intelectuales críticos del Gobierno, llamó a seguir el modelo sanmartiniano con la convocatoria a "la unidad del pueblo argentino, siguiendo el ejemplo que nos dejó San Martín".
En una declaración por el 159° aniversario de la muerte del Libertador, la entidad advirtió: "Lejos de avanzar en una política aglutinadora y contenedora de todo el pueblo argentino, el oficialismo promueve los odios y separa a la Nación", y también consideró preocupante el papel asumido por la oposición. Firman la declaración Marcos Aguinis, Atilio Alterini, Nélida Baigorria, Félix Loñ, René Balestra. Isay Klasse, Víctor Martínez, Jorge Vanossi, Daniel Sabsay y Diego Barovero, entre otros.

lunes, 17 de agosto de 2009

Declaración del 159° aniversario del fallecimiento del Libertador Gral. José de San Martín

“El que se ahoga no repara en lo que se agarra”
(de la carta dirigida por el Libertador General José de San Martín al Sr. Brigadier Bernardo O’Higgins – Montevideo, abril 5 de 1829)

En un nuevo aniversario del fallecimiento del General José de San Martín y ante la situación que vive la República, el Grupo “AURORA de una nueva República” quiere llegar al conjunto del pueblo argentino con un mensaje de unidad y civilidad.
La sociedad argentina asiste a las múltiples interpretaciones subjetivas que se le pretenden realizar al resultado electoral del pasado 28 de junio.
Vemos con preocupación que de parte del Gobierno no se llega a comprender porqué el pueblo no plebiscitó favorablemente su gestión y desde esa perspectiva, como primera reacción, minusvaloró el pronunciamiento de las urnas con alquimias aritméticas propias de un régimen autista.
Superado el trance inicial, comenzó a reconocer que la mayoría de los argentinos han votado por un cambio expresando al Gobierno que el rumbo debe ser corregido.
La naturaleza que expresa la elección legislativa de medio término abrió la posibilidad para que el electorado, por un lado, ratificara la vocación democrática y, por el otro, le hiciera saber a sus dirigentes que se hace imprescindible un cambio.
Frente a este elevado comportamiento democrático del conjunto del pueblo argentino, el Gobierno ha respondido con una actitud cerrada y sectaria: burlándose de los partidos políticos al convocarlos a un diálogo intrascendente, ratificando funcionarios cuestionados, echando a otros de proba y reconocida gestión, imponiendo una mayoría legislativa decadente para prorrogar normas que atentan contra la propia Constitución Nacional.
El oficialismo, lejos de avanzar en una política aglutinadora y contenedora de todo el pueblo argentino, mantiene y profundiza las diferencias, promueve los odios y separa a la Nación generando, desde la cima del poder, un clima de intolerancia, revanchismo y división del tejido social que es altamente perjudicial para la vida de la República.
No menos nos preocupa el papel que ha asumido por la oposición ante el que realmente debería haber ocupado.
Las ofertas electorales no oficialistas recibieron, en conjunto, el 70 % de los votos emitidos. En consecuencia, dado el resultado y el estado del país, supusimos una oposición convertida en el equilibrio indispensable del sistema democrático, en el actor aglutinador de la voluntad de cambio del pueblo argentino, en el artífice del encuentro de todos los argentinos.
Sin embargo, y muy lejos de confirmar que ello suceda, la oposición está cumpliendo un rol menor, atravesada por una disputa de vanidades entre dirigentes que siguen atendiendo sus intereses personales por sobre el conjunto de la Nación.
Las fuerzas opositoras no logran unificar una línea de trabajo, no logran unificar una acción legislativa que lleve al Congreso el mensaje de las urnas.
Por el contrario, se han enfrascado en discutir candidaturas que serán objeto de debate dentro de dos años y medio, se preocuparon por diferenciarse en cuestiones menores cuando, en el peor de los casos y desoyendo a sus votantes, ya se han integrado a una alianza con el gobierno nacional.
En nuestro criterio estamos frente a un tiempo en el cual la República debe reconstruirse sobre la base de una clase dirigente, de todos los sectores, que trabajen con dignidad, con grandeza, con patriotismo y con mirada de futuro llevando adelante los intereses nacionales por sobre los personales o sectoriales.
Por eso, en esta fecha en la que recordamos a nuestro Libertador, quienes integramos el Grupo “Aurora de una nueva República”, queremos proponer el modelo sanmartiniano de convocatoria a la unidad del pueblo argentino, siguiendo el ejemplo que nos dejó al luchar por nuestra libertad y por nuestra independencia.
La unidad se cimenta sobre el diálogo franco, el intercambio de opiniones e ideas en un marco constructivo y de pleno y real respeto hacia todos los argentinos.
Sea este el mensaje tanto para el Gobierno como para la oposición y para toda la clase dirigente de la República: diálogo, tolerancia, debate y unidad entre los argentinos.
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 17 de agosto de 2009.

Aguinis, Marcos; Alice, Beatriz; Alterini, Atilio; Baigorria, Nélida; Baigorria, María Teresa; Balestra, René; Barovero, Diego; Blanco Muiño, Fernando; Calleja, Gustavo; Espeche Gil, Miguel Ángel; Grinspun, Gustavo; Guebel, Claudia; Hernández, Antonio María; Inchausti, Miguel Ángel; Klasse, Isay; Lacerca, Carlos; Lafferriere, Ricardo; Lentino, José María; Loñ, Félix; Luna, Félix; Mahler, Israel; Malek, Adriana; Manili, Pablo; Martínez, Víctor Hipólito, Mayer, Jorge; Pandolfi, Rodolfo; Quevedo, Horacio; Roulet, Elva; Sabsay, Daniel; Sanguinetti, Horacio; Sola, Juan Vicente; Solari Yrigoyen, Hipólito; Vanossi, Jorge Reinaldo; Wajntraub, Javier; Weinschelbaum, Emilio; Weinschelbaum, Ernesto; Zbar, Agustín, siguen las firmas.

lunes, 20 de julio de 2009

CRITICA DE LA ARGENTINA: REPORTAJE A FELIX LUNA MIEMBRO DEL GRUPO AURORA






Félix Luna, miembro del Grupo Aurora

“La forma republicana está siendo vulnerada”

El historiador se sumó a la agrupación de intelectuales que se opone a los K. Dice que el autismo es uno de los defectos de Néstor y Cristina.








Federico Sierra
20.07.2009

No todo es historia. A sus 84 años, el primer best-seller de la historiografía nacional participa en el Grupo Aurora, que critica a Kirchner.

En estos tiempos, el historiador Félix Luna pasa sus días en medio de un récord editorial: la revista que dirige, Todo es Historia, ha cumplido cincuenta años y lo llena de orgullo. “Le ganamos a la revista Historia y derecho” dice, con una sonrisa. A los 84 años, decidió además intervenir en el campo político a través del Grupo Aurora, que reúne a intelectuales de extracción conservadora opositores al Gobierno. Sin embargo, niega que sean antiperonistas y lo define como “un grupo de amigos con preocupaciones en común”.

–¿Qué es el Grupo Aurora?

–Un núcleo para reflexionar sobre los grandes temas que hacen al país. Se constituyó con este nombre, que es un poco pretencioso para mi gusto (sonríe). Pero no somos ni golpistas ni opositores ni oficialistas. Tampoco somos una respuesta a Carta Abierta, como algunos han dicho. Es simplemente una agrupación de amigos que viene de diversos orígenes y tiene una preocupación común por el país y su destino.

–¿Usted está de acuerdo con el diagnóstico de Marcos Aguinis, que sostiene que del año 1930 a la actualidad la Argentina vive en decadencia continua?

–Bueno... (piensa), en verdad el grupo tiene matices y es heterogéneo. Sus integrantes tienen distintos orígenes, pero creo que eso pudo ser abordado por la preocupación por el país, cada uno desde su punto de vista, pero podemos confluir en varias cuestiones.

–¿En qué?

–En la necesidad de la reconstrucción institucional. La reconstrucción de las instituciones, del sentido republicano que debe tener toda acción de gobierno. Las formas republicanas están siendo vulneradas. Por ejemplo, el propio Consejo de la Magistratura, que nació como un control del Poder Judicial, se ha ido convirtiendo en un organismo que es el borrador de los nombramientos y exclusiones que le convienen o no al régimen gobernante.

–¿Qué opina del señalamiento que hizo Horacio Verbitsky acerca de los vínculos de algunos miembros de Aurora con grupos antidemocráticos?

–Bueno, de Horacio Verbitsky ya sabemos qué esperar. Yo tengo confianza en la gente que está ahí, sé que no son desestabilizadores ni destituyentes, es un grupo de gente simplemente preocupada por el país y no hay que buscarle más vueltas.

–¿Cómo describiría el estilo de gestión de la Presidenta?

– Cristina es una mujer con fuerza, con coraje. Quizás ella se cree poseedora de un destino muy original y trata de hacer lo mejor posible. Lo que veo como defecto, de ella y de su marido, es el autismo y la nula influencia que parece tener la realidad sobre sus objetivos, pero su papel lo está cumpliendo bastante bien.

–¿Le es más difícil por ser mujer?

–Sí, es difícil, es más difícil para una mujer. Tiene que dar examen todos los días, y un examen de imagen: de peinado, ropa y aspecto, que no es nada fácil. Por eso creo que en ese aspecto lo está llevando bastante bien, más allá de los contenidos de su gobierno.

–¿Hubo un ensañamiento de la oposición con la figura de Cristina?

–No, no hubo un ensañamiento por parte de la oposición. Fue mucho más fuerte en su momento el rechazo a la figura de Eva Perón, mucho más dura, y a ella le costó más.

–Como con la frase “Viva el cáncer”....

–No. ¡Son mentiras ésas! Nunca existió. Eso es un invento de Dalmiro Sáenz; es uno de los tantos mitos que surgieron al compás de un régimen que era muy cerrado.

–O sea que los tiempos han cambiado...

–Sí, han cambiado, ya no hay tanto machismo y ha habido aperturas, hay más tolerancia en muchos aspectos. Hay tolerancia con las minorías , con diferente, aquello que no entendemos a primera vista. Esa pluralidad es enriquecedora, hace a una sociedad menos cerrada y represiva. Y eso es parte del aprendizaje democrático.


“Cobos no debe renunciar”Félix Luna subraya, al terminar la entrevista, sus orígenes radicales, “de los que no reniego nunca”, y se motiva al hablar del futuro del partido centenario. “El radicalismo se está fragmentando, pero en él existe una cultura cívica que no hay en el peronismo”.

–¿Todavía cree usted que hoy en día el peronismo carece de cultura cívica?

–Sí, todavía. Fíjese, por ejemplo, que es incapaz de hacer internas partidarias.

–¿Lo atrae alguna figura en la UCR actual?

–No, ninguna. Aunque Cobos me parece una figura sumamente interesante, un hombre independiente. Pero es más un anhelo que una realidad que se quiera ver en él la reconstrucción de la UCR. Él está dentro de este gobierno y, mientras siga siendo vicepresidente, tiene las manos atadas.

–¿Debe renunciar?

–De ninguna manera postulo su renuncia, le quitaría al régimen una presencia que hay que manejar con cuidado.

viernes, 17 de julio de 2009

Aurora de una nueva República - Manifiesto Liminar




La República frente a la decadencia nacional.


Los argentinos estamos azorados ante la decadencia del país, que se manifiesta en diversos aspectos de la vida nacional y en particular, en la degradación constante de nuestras instituciones políticas y sociales.

Existe una violación sistemática de nuestra Constitución Nacional y de los principios del sistema republicano y federal que ella consagra.

No hay una adecuada división y equilibrio de los poderes, ya que el híper- presidencialismo ha avanzado, ante la abdicación de las funciones de control, tanto del Congreso como del Poder Judicial.

La independencia de los poderes, y en particular de éste último, se encuentra amenazada de manera particular, luego de las modificaciones efectuadas en el Consejo de la Magistratura, donde se ha roto el equilibrio en su integración previsto por la Ley Fundamental , y en la Corte Suprema de Justicia de la Nación, como resultado de los cinco juicios políticos promovidos entre 2003 y 2004

Hay una democracia corporativa y delegativa de muy baja calidad institucional. Ejemplos de ello son, entre otros: las delegaciones legislativas, el dictado de decretos de necesidad y urgencia y los llamados superpoderes a favor del Jefe de Gabinete de Ministros.

En nuestro país se gobierna por decreto y por muy pocas personas, bajo el oscuro manto de la emergencia, que sólo ha servido para la concentración autoritaria del poder, tanto político como económico.

Por estos días, el avance antirrepublicano ha alcanzado a la libertad de periodistas independientes, ejemplificada en las presiones efectuadas sobre éstos, además de la compra de medios de comunicación por parte de empresas estrechamente ligadas al oficialismo de turno.

A ello se ha sumado la limitación de las funciones de la Auditoria General de la Nación y de la Fiscalía Nacional de Investigaciones Administrativas frente a los gravísimos hechos de corrupción denunciados.

Las violaciones al federalismo son similarmente gravosas para la vigencia constitucional plena y la salud de la Nación. El centralismo fáctico de Buenos Aires ha retrotraído los tiempos de la República a los previos a la conformación de la nacionalidad, pues el manejo de los recursos públicos ha servido para centralizar el país e imponer la voluntad discrecional del poder político central por sobre el jurisdiccional, afectando las autonomías provinciales y municipales, además de ser funcional a la cooptación de Gobernadores e Intendentes de distinto signo político o a la dependencia política de los liderazgos provinciales. Se atenta contra la Constitución al no sancionarse la ley convenio de coparticipación impositiva.

La agobiante incertidumbre que generan las falsas estadísticas oficiales, encargadas de medir los índices de desocupación, pobreza, marginalidad e inflación, ocultan el verdadero estado de situación de la economía argentina impidiendo el normal desenvolvimiento de las actividades productivas. La sociedad sufre esa ruptura con frustración, aunque no sin esperanzas –como lo prueban las últimas elecciones-, porque siente que aún le faltan las posibilidades reales de que se establezcan las políticas para estimular la producción, con un Congreso que todavía debe probar no ser más cautivo del un Poder Ejecutivo que parece, aún después del mensaje de las urnas, negarse a escuchar la voluntad popular y a dialogar.

Por lo tanto, la primera tarea que la hora demanda es, en nuestra opinión, el restablecimiento de la plena institucionalidad democrática y republicana, mediante el respeto irrestricto del ordenamiento jurídico fundamental. Tenemos la convicción que un profundo proceso de cambio debe abarcar al Estado y a la sociedad argentina, en las vísperas del Bicentenario.

La segunda tarea, tan inmediata como la anterior pero quizás de más largo aliento, es la lucha sistemática, perseverante y consistente por el desarrollo económico, la igualdad de oportunidades, la justicia social, el bienestar general y en particular de los sectores más postergados, y la concordia nacional; y contra, en especial, la injusticia, la pobreza y la degradación cultural. Con esa vocación patriótica y de servicio, nos permitimos enunciar algunas reflexiones que ponemos a consideración de la ciudadanía.

Los argentinos necesitamos volver a la República.

Debe partirse de la ética y la moral como fundamentos de toda acción política y social, lo que supone combatir la corrupción y las oscuras prácticas administrativas y electorales, la manipulación de personas, los métodos para burlar la transparencia del régimen representativo, los vicios del nepotismo y el uso indebido de los bienes públicos.

Es necesario recurrir al ejemplo de las conductas personales y volver a las más puras prácticas de austeridad, responsabilidad y transparencia públicas para restablecer la confianza del pueblo en las instituciones, en cumplimiento de los principios republicanos y democráticos.

Es menester que exista plena división y equilibrio de los poderes del Estado, con adecuados controles entre ellos, tal como lo ordena la Ley Suprema.

El Congreso debe ejercer su rol de celoso defensor de sus atribuciones legislativas y de control político, derogando la legislación de emergencia, la delegación de facultades legislativas y controlando estrictamente los decretos de necesidad y urgencia dictados por el Poder Ejecutivo. Debe constituirse también en el ámbito genuino del debate nacional sobre los grandes temas pendientes de la argentinidad.

El Poder Judicial debe defender su independencia y ejercitar adecuadamente el control de constitucionalidad, para salvar la supremacía de la Carta Magna e impedir las lesiones al sistema republicano.

La reafirmación de la democracia y la plena vigencia de los derechos humanos exigen redefinir el papel de un Estado que se ha mostrado incapaz en el cumplimiento de sus funciones.
Estamos convencidos de que todo proceso de cambio social debe asentarse en la educación y en el progreso de la ciencia y la tecnología, como lo supimos hacer en otros momentos de nuestra historia.

Se impone la modificación del sistema tributario, notoriamente injusto y regresivo y la adopción de políticas activas fiscales, crediticias y presupuestarias para mejorar la producción económica del país, al servicio de una mejor distribución de la riqueza, que nos aleje de los gravísimos índices de pobreza y exclusión social que se observan.

Igualmente es esencial producir un cambio en nuestras relaciones internacionales, para volver a insertarnos con seriedad y prestigio en el actual mundo globalizado.

El tratamiento de la Deuda Pública Externa deberá encauzarse jurídicamente devolviendo al Congreso el ejercicio efectivo de su atribución constitucional de "arreglar la deuda", exigiendo que se pague sólo lo que sea legítimo de lo que se reclama a nuestro país, se efectúe una auditoria integral e independiente de la deuda pública y un censo obligatorio de acreedores


Por la vigencia del federalismo.

Resulta fundamental dar cumplimiento al proyecto federal de la Constitución, que asegura la plena autonomía de las provincias, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y de los municipios y el desarrollo equilibrado e integrado del país.

Pensamos en un federalismo de concertación y de políticas públicas responsables, a través de una planificación estratégica, que persiga el desarrollo integral del país, en lugar de servir a las presiones corporativas o a visiones unilaterales del poder en ejercicio. Debe comenzar de inmediato el debate sobre una nueva Ley Convenio de Coparticipación Tributaria, que debió haber sido aprobada en 1996, respetando los principios constitucionales de equidad, solidaridad y grado equivalente de desarrollo y sobre la base de criterios objetivos de reparto. Así podrán resolverse los problemas de nuestro federalismo fiscal, desvirtuado en la actualidad, dado que se ha modificado la relación de los montos coparticipables entre Nación y Provincias, habiéndose invertido las proporciones, siendo hoy más del 70 % retenido por la Nación, en desmedro de lo que históricamente correspondía a las provincias. Esos mismos principios constitucionales enunciados deben aplicarse cuando se sancionen las leyes de presupuesto nacional, como lo dispone la Ley Suprema , al tiempo que deben erradicarse definitivamente prácticas espurias de técnica presupuestaria, mediante las cuales se subestiman manifiestamente las proyecciones de los recursos presupuestarios, con el oculto e inconfesable propósito de administrar luego, discrecionalmente, aquéllos excedentarios de los alcanzados por la ley.

Es menester impulsar, por parte del Senado, leyes que tiendan al crecimiento armónico de la Nación, equilibrando el desigual desarrollo de provincias y regiones. Debe promoverse el crecimiento económico y social de las regiones para la integración del país, y la modificación del ordenamiento territorial existente, tantas veces denunciado, que exhibe un enorme proceso de concentración en el área metropolitana de Buenos Aires en desmedro del desarrollo armónico del conjunto nacional. Hay que derogar la legislación que limita la plena autonomía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con respecto a parte del Poder Judicial, de la Policía Federal y de los Registros Públicos, de acuerdo con la letra y espíritu de la Constitución Nacional.

Por la educación como política de Estado

Vemos con preocupación que en la actualidad no se reconoce a la educación la función estratégica que le corresponde, pasando por alto que ella debe formar personas con autonomía y aptitud para hacer valer sus derechos, y ser también componente básico de la riqueza nacional, en un mundo que privilegia el conocimiento, la ciencia y la tecnología.

Es preciso evitar el abandono de la instrucción en niveles primarios y el deterioro de su calidad, y proveer un programa eficiente de formación acorde con las nuevas exigencias tecnológicas, porque de otro modo se confina a amplios sectores de la juventud a trabajar con desaliento o, incluso, a ser excluidos del mercado de trabajo, quedando librados a su suerte.

En nuestro desarrollo histórico, caracterizado por una gran movilidad social, los desocupados tenían de alguna manera la perspectiva de salir de esa situación; pero actualmente su identidad ha cambiado a la de marginados, y muchos de ellos son arrojados a someterse a formas de vida que afectan la dignidad humana. Entre las políticas públicas que deben implementarse para revertir ese estado de humillación, debe destacarse especialmente a las educativas.

Debemos retornar a la educación emancipadora creada por Sarmiento; para ello, se deben establecer en el nivel nacional los grandes lineamientos de la política educativa pero con efectiva vigencia de los principios establecidos por la Constitución, que asegure la implantación de la herramienta igualadora que permitirá la inclusión social de millones de compatriotas.

La calidad educativa y la excelencia académica para nuestros jóvenes son pilares para el desarrollo humano y la inserción al mercado laboral en un mundo interdependiente, global y competitivo. Las investigaciones deberán orientarse a sentar las bases que atiendan las necesidades de la Nación y el conocimiento que las sustenta.

Por una urgente reforma política

Consideramos que esta decadencia institucional que nos aflige ha alcanzado al conjunto de la sociedad y en particular, a los partidos políticos.

Es sabido que la calidad y suerte de la democracia está íntimamente ligada a la de los partidos, ya que ellos son los instrumentos insustituibles de la misma. En consecuencia, el proceso de cambio que es imprescindible impulsar en el país debe alcanzar a los partidos políticos, en los que no rige una verdadera democracia interna y no cumplen adecuadamente las funciones esenciales a su cargo.

Es crucial revitalizar, fortalecer y modernizar a los partidos, en particular, su organización democrática interna. La formación política debe ser promovida en forma creciente y permanente, conforme al expreso mandato constitucional.

Existe un reclamo de la sociedad a favor de la jerarquización de la política y la claridad de las conductas, que rechaza lo que se ha llamado el “transfuguismo” y el “clientelismo”, entre otras formas de degradación, que los partidos tienen la obligación de superar para generar mejores condiciones de vida institucional democrática.

Afirmamos que la nueva República que proponemos tiene la necesidad de contar con una ley de libre acceso a la información pública, propender a la construcción de una democracia participativa, reformar los procedimientos de control de los procesos electorales substrayendo del Ministerio del Interior las facultades que detenta en esta materia. Asimismo, creemos que se debe revisar la legislación electoral de manera de impedir la discrecionalidad en el manejo de candidaturas, cargos electivos, entre otras cuestiones.

Del mismo modo, se debe establecer la especialidad del fuero electoral y dotar a la Justicia Electoral de todos los medios necesarios para llevar a cabo sus funciones.

La sociedad argentina reclama concordia.

Tras la muerte del ex Presidente de la Nación, Dr. Raúl Alfonsín , y harto de las falsas dicotomías que se plantean desde el oficialismo, el pueblo argentino ha reconocido mayoritariamente el valor la concordia como instancias superadoras y necesarias de diálogo franco y civilizado entre los actores sociales y políticos recuperando y fortaleciendo la "paz interior" que indica el sabio Preámbulo de la Constitución Nacional como uno de los fines supremos de la argentinidad. La sociedad reclama más diálogo, más debate de ideas y propuestas y más equilibrio de poder en un país que urge por su integración.

Este es un espacio de ideas abierto al progreso.

La actualidad demanda, como ya lo hemos dicho, la absoluta independencia de los poderes del Estado y el diálogo democrático necesario para que sea posible la definición de políticas públicas estratégicas sustentables pensadas a partir de la defensa irrestricta del interés nacional en materia de recursos, en especial los energéticos que deben ser explotados racionalmente, preservando el ambiente para las generaciones por venir y con la irrenunciable participación del Estado en resguardo del mencionado interés nacional.
Sostenemos que la resignación en el dominio real de bienes que mundialmente tienen asignado el carácter de estratégicos, debe ser revertida, tal como lo exige el Preámbulo de nuestra Constitución.
Asimismo, la sociedad reclama por instrumentos que permitan afirmar las condiciones de seguridad jurídica para favorecer y estimular las inversiones, tanto nacionales como internacionales, potenciar el valor del trabajo, asegurar la función social del salario y proveer un horizonte seguro de previsión social, tendientes a la creación de empleo genuino, desarrollo económico sostenido, distribución del ingreso y elevación de nuestra calidad de vida, en el marco del respeto a los derechos fundamentales, incluyendo el de propiedad, tal como los consagra nuestra Carta Magna.

A un año del Bicentenario de la Patria nos proponemos reflexionar y pensar el país que queremos para los próximos tiempos, respetando nuestros orígenes y mejores tradiciones; guiados por los principios de libertad, igualdad, solidaridad, justicia y paz.

La integración de las ideas de quienes conformamos el Grupo Aurora está representada por las diversas expresiones de distintos orígenes de pertenencia y de la pluralidad de los ámbitos políticos y académicos que la conforman y que se nuclean en torno de ejes comunes, propositivamente refundantes de la República del Bicentenario, a los que, con vocación de servicio y pasión argentina, intentamos aportar desde la formación, el compromiso y la vocación democráticos de cada uno de sus miembros.

En ese entendimiento nos convocamos y convocamos a todo el Pueblo argentino para que aportemos a la República las mejores ideas y propuestas que consoliden la democracia social en la Argentina.


Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 8 de Julio de 2009.


Firmantes: Aguinis, Marcos; Alice, Beatriz; Alterini, Atilio; Baigorria , Nélida; Baigorria , María Teresa; Balestra, René; Barovero, Diego; Blanco Muiño, Fernando; Calleja, Gustavo; Espeche Gil, Miguel Ángel; Grinspun, Gustavo ; Guebel, Claudia; Hernández, Antonio María; Inchausti, Miguel Ángel; Lacerca, Carlos; Lentino, José María; Loñ, Félix; Luna, Félix ; Mahler, Israel; Malek, Adriana; Manili, Pablo; Martínez, Víctor Hipólito, Mayer, Jorge; Quevedo, Horacio; Roulet, Elva; Sabsay, Daniel; Sanguinetti, Horacio; Sola, Juan Vicente; Solari Yrigoyen, Hipólito; Vanossi, Jorge Reinaldo; Wajntraub, Javier; Weinschelbaum, Emilio; Weinschelbaum, Ernesto; Zbar, Agustín, siguen las firmas.

jueves, 16 de julio de 2009

REVISTA VEINITRES-DIARIO EL ARGENTINO Grupo Aurora: Un águila guerrera


Grupo Aurora

Un águila guerrera


Los pensadores anti-K que se oponen a Carta Abierta, Comparan a Kirchner con Rosas y reivindican a Sarmiento. Denuncian el alineamiento con Chávez y Evo. Para ellos, el clima es similar a 1955, antes de la caída de Perón. ¿Regresa la intelectualidad gorila? Cómo piensa el grupo Aurora.


Por Diego Rojas


"¿Estás nervioso, Verbitsky?”, pregunta uno de los miembros del grupo Aurora a la hora de posar para las fotos, mientras ríe. El columnista de Página 12 y uno de los principales impulsores de Carta Abierta publicó una nota donde señala los antecedentes políticos de varios de los integrantes del núcleo de intelectuales críticos del kirchnerismo, muchos de los cuales fueron funcionarios de la dictadura (ver aparte). “No le vamos a responder”, asegura, mientras uno de sus compañeros le pide al fotógrafo: “Que la foto no nos haga quedar tan de derecha”. El historiador Félix Luna, el abogado Fernando Blanco Muiño y el constitucionalista Diego Barovero se dieron cita en el hogar de Horacio Sanguinetti, ex rector del Colegio Nacional Buenos Aires y conversaron con Veintitrés acerca del nuevo grupo.


–¿Cómo surge la idea de conformar Aurora?

Diego Barovero: –Empezamos a nuclear gente con ganas y pensamientos comunes, preocupados por la situación del país y las instituciones y por la falta de debate de ideas. No participamos del debate electoral, con la idea de plantearlo de cara al bicentenario.


–¿Cómo se dio el pasaje de un grupo de personas unidas por ciertas afinidades a la escritura de un Manifiesto Liminar?

Horacio Sanguinetti: –Tenemos una responsabilidad que no puede limitarse a que charlemos en una mesa de café. Nos pareció que había que hacer algo más, ponernos a disposición de la sociedad. No estamos contra Carta Abierta, lo único que queremos es avanzar y ver cómo solucionamos los grandes problemas del país que están enumerados en el manifiesto. Hay que ver cómo se lleva a cabo el diálogo planteado por la Presidenta, pero nos parece que limitarlo a una reforma electoral para el 2011 excluye otros grandes temas. Pienso en los intelectuales que, advirtiendo que Rosas en algún momento iba a pasar, se preguntaron qué harían después. Kirchner no es Rosas ni nosotros somos Sarmiento, pero nos inspira un poco ese modelo.


–Esta analogía con Rosas, ¿augura el fin de Kirchner y compara sus destinos?

Fernando Blanco Muiño: –No lo personificaría como el fin de Kirchner, sino como un tiempo en el que la Argentina no puede seguir manejándose con la falta de diálogo, de respeto a la Constitución y a las autonomías provinciales. Hace trece años que no hay ley de coparticipación federal. Hay que sentarse a una mesa y discutir con buena fe el futuro del país.


H.S.: –El parangón con Rosas es porque hay una bisagra ya que los comicios mostraron disconformidad con el fondo y la forma de cómo se ha manejado el país en los últimos años.


–Los nombres de los firmantes remiten rápidamente al radicalismo. ¿Son de la UCR?

D.B.: –Nos hemos juntado más allá de que algunos pertenezcan al radicalismo y otros no.

H.S.: –Siempre me sentí más cerca del socialismo democrático. No estamos al servicio de ningún partido político.


–¿No ansían escribirle el discurso de Parque Norte a Julio Cobos?

H.S.: –(Risas) No surgió para eso.

Félix Luna: –Habría que poner que somos republicanos para no romperse la cabeza en cómo definirnos.

F.B.M.: –El discurso de Parque Norte fue escrito por funcionarios de Alfonsín. Igual, nosotros reivindicamos ese debate de ideas. Fue el último aporte de ideas al debate político en la Argentina. Tuvo incidencia dentro del radicalismo y del resto de la sociedad.


–Carta Abierta intentó realizar cierta elaboración de ideas para presentar a la sociedad y darle sustento ideológico al Gobierno...

D.B.: –Desde el Gobierno. Los integrantes de Carta Abierta están vinculados a la función pública, a la gestión en el área de cultura, de comunicaciones, en el canal oficial...


–Se refiere a Horacio González. Pero entonces debería pensarse que Borges fue funcionario de los varios gobiernos en los que fue director de la Biblioteca Nacional durante 1955 y 1973...

H.S.: –Borges es diferente. De pronto hacía una declaración a favor de un gobierno y luego lo fulminaba con algo en contra... No era funcionario, era Borges, un caso especial. González es un funcionario, pero no está mal que participe en el debate de ideas.


–Daniel Sabsay, integrante de su grupo, dijo que C. A. está integrada por funcionarios pagos.

H.S.: –Lo hacen como un apoyo porque les surge hacerlo, no porque les pague el Gobierno.

D.B.: –Igual, muchos de sus integrantes están ahí, es indiscutible.


–Más allá de la consideración que hacen sobre la cercanía al Gobierno, ¿qué piensan de ese grupo?

F.B.M.: –Que exista gente que esté dispuesta a poner por escrito lo que piensa es valorable. Carta Abierta lo ha hecho y es respetable. No queremos generar rivalidad.

H.S.: –Recién escuchaba a Ricardo Forster que hablaba con mucho respeto de nosotros, como yo después hablé de ellos con el mismo tono.


–Sin embargo, Forster describe a Aurora como una expresión de la restauración conservadora.

H.S.: –Creyéndose progresistas quieren acaparar el pensamiento de centroizquierda y cuando aparece algo parecido a ellos lo señalan como de derecha. Pero son categorías injustas en los dos casos. Nosotros no somos de derecha y, en todo caso, del otro lado no son tan progresistas. Hay que defender la república, el pensamiento único no va.


–Pero cuando se plantea el debate de ideas implica una confrontación, una batalla de ideas.

F.B.M.: –No, se trata de saber escuchar y tener la predisposición a corregir si el otro tiene argumentos más contundentes. Se puede lograr una idea que contenga a todos.


–Por eso, no se puede estar en contra de la “república”, la “democracia”, el “federalismo”... Usan muchas de esas grandes palabras con las que no se puede no acordar.

H.S.: –En lo declamativo funciona así.

D.B.: –Es que hay una falta de institucionalidad exacerbada. Ese es el diagnóstico de la Argentina hoy. Por eso pedimos como primer requisito el restablecimiento de la normalidad y el restablecimiento de la república democrática. El segundo punto, para los que dicen que somos de derecha, es la lucha contra la pobreza.


–Durante el gobierno de Perón se planteó la misma crítica: falta de institucionalidad, hiperpresidencialismo, la república en peligro, mientras tanto se realizaba una real distribución de la riqueza.

H.S.: –Durante Perón, hubo muy pocos elementos republicanos. La represión que había sobre la oposición era feroz. Se torturaba, se perseguía, se dejaba cesante. Cafiero dijo que la Constitución del ’49 fue ilegítima porque se impuso por sobre la mitad del país, se impuso violentamente. En todo caso, el peronismo fue una democracia social, pero por lo republicano no hizo más que desastres. Félix Luna mismo le dijo a Perón que en su época lo habían torturado. “Qué cosas que hacía Borlenghi”, le contestó. (Risas. Luna asiente.)


–¿Aurora es el antiperonismo?

H.S.: –No es antinada.


–¿No es antikirchnerista?

–No, porque si Kirchner se diera cuenta de sus errores... El resultado de las elecciones lo debe haber hecho reflexionar.


–Sin caer en comparaciones, hay que mencionar que en Honduras se derrocó a Zelaya planteando temas similares: falta de institucionalidad, de república...


D.B.: –No depusimos a nadie ni pretendemos hacerlo, ni seremos usina de pensamiento de golpistas.

H.S.: –No llamaremos al ejército para que la saque en baby doll (risas), no, no, para que la saque como el ejército sacó a Zelaya.


–¿Qué piensan de Hugo Chávez?(Después de un largo silencio.)

F.B.M.: –Es un gobierno constitucional, de ahí en adelante, yo nunca estuve en Venezuela, lo que sé lo sé por terceros...


–Vamos, se puede opinar sobre Venezuela.

H.S.: –Pareciera que hay restricciones a la libertad de expresión, condicionamientos a los canales de televisión...


–Ustedes plantean en su documento una preocupación por las relaciones exteriores.

H.S.: –Tenemos que fortalecer las relaciones con los países vecinos con estadistas y principios democrático republicanos funcionando claramente, como Uruguay, Brasil y Chile. Que forman una línea diferente a la de Chávez y nos gusta más.

F.B.M.: –El gobierno de Menem, por derecha, y el gobierno de Kirchner y Cristina, por izquierda, han ideologizado las relaciones diplomáticas. Por un lado las relaciones carnales de Di Tella, y por el otro, la relación con Chávez. En el mundo de hoy, las relaciones se manejan por intereses económicos. Uno de los mayores compradores de petróleo venezolano es Estados Unidos. La Argentina ha ideologizado tanto que nos ha llevado a pelearnos con todos. Chávez es más un problema de los venezolanos que de nosotros. Sí cuestionamos una política de relaciones exteriores asentada en prejuicios ideológicos más que en intereses estratégicos. El Mercosur perdió relevancia en los últimos años. Nos parece más progresista poner el eje en la relaciones con el Mercosur y la Unión Europea que con Venezuela y con Bolivia.


–El manifiesto pone énfasis en la ética, la anticorrupción y la austeridad. ¿No se parece al discurso de la Alianza?

F.L.: –La ética y la austeridad son resabios del yrigoyenismo que no hay que perder.

H.S.: –Reivindicamos ese aspecto en figuras como Alfredo Palacios, Marcelo T. de Alvear, Lisandro de la Torre... Gente que se empobreció, algo contrario a todo lo que sucede hoy. Cómo el colectivero no se va a quedar con el vuelto cuando ve que los de arriba se quedan con vueltos mucho más grandes.


–¿Y qué piensan del gobierno de De la Rúa?

F.L.: –Tampoco es necesario que tengamos posición tomada sobre cada uno de los personajes o hechos de la historia. Hay cosas que no nos interesan en estos momentos.

H.S.: –Todo gobierno comete errores y realiza aciertos. De la Rúa no escapó a esa línea. Cometió muchos errores, pero la demonización ha sido muy fuerte.

D.B.: –Lo que dice don Félix es importante. El grupo tiene una posición tomada hacia el futuro. Desde distintas corrientes, no vamos a coincidir en todo respecto del pasado.


–Sin embargo, el futuro sólo se puede construir con una mirada sobre el pasado. El pasado nos permite pensar mejor el futuro. El fracaso del gobierno de De la Rúa, en ese sentido, planteó la emergencia del gobierno de Kirchner.

H.S.: –No sólo el gobierno de De la Rúa, sino el de Menem. Fue una responsabilidad colectiva de los distintos gobernantes.


–Ustedes señalan una preocupación por la ciencia, y la educación y dicen: “Como lo supimos hacer en otros momentos de nuestra historia”. ¿A qué se refieren?

H.S.: –A Sarmiento, qué le parece.

F.B.M.: –Trajo maestras norteamericanas y le dio un impulso enorme a la educación. También el desarrollo de YPF. Dicen que la calidad de los países se va midiendo por los Premios Nobel. En esa época nuestro país tuvo una gran cantidad.


–En su momento, C. A. planteó la figura del clima destituyente. Cobos surgió como figura. ¿Qué piensan sobre esos hechos?

H.S.: –Siempre los vicepresidentes estuvieron a la expectativa de que el presidente muriera.–Bueno, ustedes tienen como firmante a Víctor Martínez (vice de Alfonsín)...

H.S.: –Bueno, hubo casos de solidaridad. El presidente y el vice nunca han constituido fórmulas fuertes.

F.B.M.: –De todos modos, Cobos actuó en uso de funciones que el cargo le confiere. Agotó los intentos de un acuerdo. Instaló la idea de que la discusión pase por el Congreso.


–¿No hubo clima destituyente? Incluso Grondona y Biolcati plantearon que la Presidenta no concluía su mandato.

H.S.: –El peronismo se ha caracterizado por no dar gobernabilidad a nadie. Nunca dejó gobernar a nadie. Y menos a los radicales. La inversa siempre ha estado. La idea es que tiene que darse gobernabilidad por los dos años que quedan.

F.B.M.: –Tampoco fue el clima que se vivió el año pasado. Es cierto que algunos personajes con posiciones extremas siempre aparecen, pero no era el clima social general. Lo que sí había era un mal humor social generalizado.


–Varios de los integrantes de Aurora están en el grupo Bicentenario.

H.S.: –Bicentenario es un grupo de gente donde hay muchos peronistas.


–¿Aurora es más gorila?

D.B.: –No, pero no hubo consenso sobre a quién invitar.

H.S.: –Además, es un grupo abierto.


–Realizaron una analogía entre Rosas y Kirchner y reivindicaron el papel de Sarmiento. ¿Estamos ante una reedición de la dicotomía “civilización o barbarie”?

F.L.: –En primer lugar, le llamo la atención sobre el abuso de las comparaciones históricas. Nunca son exactas. Si quiere una situación parecida, yo más bien elegiría el final del peronismo, en el ’55. José Luis Romero un año antes armó un equipo de recambio en la universidad, para el caso nada improbable de que cayera Perón. Me hace acordar un poco a eso. La gente percibe que algo está pasando y que puede pasar algo mucho más importante.


Producción: Deborah Maniowicz